Educación en Valores desde casa
La transmisión de los valores humanos debe empezar en edades muy tempranas, por lo que es fundamental el papel que podamos ejercer como padres. Desde este blog podemos compartir lecturas, anécdotas, experiencias....que puedan ayudar y formar a nuestros hij@s .
sábado, 8 de diciembre de 2012
Cuento para leer a nuestros hij@s
El árbol de manzanas:
Este era un enorme árbol de manzanas al cual un niño amaba mucho. Todos los días jugaba a su alrededor, trepaba hasta el tope, comía sus frutos y tomaba la siesta bajo su sombra. El árbol también lo quería mucho.
Pasó el tiempo, el niño creció y no volvió a jugar alrededor del árbol. Un día regresó y escuchó que este le decía con cierta tristeza:
- ¿Vienes a jugar conmigo?
Pero el muchacho contestó:
- Ya no soy el niño de antes que juega alrededor de los árboles. Ahora quiero tener juguetes, y necesito dinero para comprarlos.
- Lo siento -dijo el árbol-. No tengo dinero, pero te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas; así podrás comprar tus juguetes.
El muchacho tomó las manzanas, obtuvo el dinero y se sintió feliz. También el árbol fue feliz, pero el muchacho no volvió. Tiempo después, cuando regresó, el árbol le preguntó:
- ¿Vienes a jugar conmigo?
- No tengo tiempo para jugar; debo trabajar para mi familia y necesito una casa para mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme?
- Lo siento -repuso el árbol-. No tengo una casa, pero puedes cortar mis ramas y construir tu casa.
El hombre cortó todas las ramas del árbol, que se sintió feliz, y no volvió. Cierto día de un cálido verano, regresó. El árbol estaba encantado.
- ¿Vienes a jugar conmigo? -le preguntó.
- Me siento triste, estoy volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar, ¿puedes dármelo?
El árbol contestó:
- Usa mi tronco para construir uno; así podrás navegar y serás feliz.
El hombre cortó el tronco, construyó su bote y se fue a navegar por un largo tiempo. Regresó después de muchos años y el árbol le dijo:
- Lo siento mucho, pero ya no tengo nada que darte, ni siquiera manzanas.
El hombre replicó:
- No tengo dientes para morder ni fuerzas para escalar, ya estoy viejo.
Entonces el árbol, llorando, le dijo:
- Realmente no puedo darte nada. Lo único que me queda son mis raíces muertas.
Y el hombre contestó:
- No necesito mucho ahora, sólo un lugar para reposar. Estoy cansado después de tantos años...
- Bueno -dijo el árbol-, las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven, siéntate conmigo y descansa.
El hombre se sentó junto al árbol y este, alegre y risueño, dejó caer algunas lágrimas.
Esta es la historia de cada uno de nosotros: el árbol son nuestros padres. De niños, los amamos y jugamos con ellos. Cuando crecemos los dejamos solos; regresamos a ellos cuando los necesitamos, o cuando estamos en problemas. No importa lo que sea, siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Usted puede pensar que el muchacho es cruel con el árbol, pero ¿no es así como tratamos a veces a nuestros padres?
jueves, 15 de noviembre de 2012
Ideas para inculcar valores solidarios a los niños en familia
Si queremos que nuestros hijos sean personas
solidarias mañana, debemos enseñarles ya a respetar y ayudar a los demás. Este
aprendizaje se hace, sobre todo, en casa. Aquí van algunas ideas para inculcar
valores solidarios a los niños en familia.
Los padres somos el referente más importante de
nuestros hijos. De poco valdrá que soltemos discursos a los niños sobre la
importancia de ser solidarios con los que tienen menos suerte, si con nuestros
actos les demostramos todo lo contrario.
Si en el
colegio nuestro hijo tiene un compañero procedente de otro país o cultura, debemos
favorecer el conocimiento y el respeto por sus costumbres, para que comprenda
que lo diferente solo es eso: diferente. Si nos cuenta que por esa diferencia e
objeto de burlas y le rechazan, podemos animarle a hacer lo contrario: que le
invite a casa y le conozca mejor.
- En lugar de esconder al niño realidades como la discapacidad o la deficiencia psíquica de otros niños, dejemos que las conozca. En la primera infancia los niños aceptan todo con naturalidad y son capaces de una gran empatía. Recordémosle las dificultades que enfrentan las personas con discapacidad y los inconvenientes que les impone la vida en ciudades que no están preparadas para ellos.
- Preparar la comida o ayudar a algún familiar enfermo en los quehaceres domésticos mientras está impedido, y compartir esas tareas con el niño, le enseñará la importancia de la colaboración.
- Si el enfermo es un compañero de colegio, le puede ayudar con los deberes y mantenerle al día de lo que se enseña en clase. Y no todo ha de ser trabajo, también puede ir a jugar con él.
- Pasar tiempo con personas mayores hará que entienda la vejez como un proceso natural. Si mostramos ante nuestro hijo respeto por los ancianos y le explicamos cuántas cosas han vivido, es más probable que él les trate con respeto y cariño en el futuro.
Igual que enseñamos al niño a cuidar lo que es suyo,
podemos hacerle comprender con nuestro ejemplo que compartir lo nuestro, en
lugar de poner en duda esa propiedad, la ratifica. Así, presta, comparte o
regala porque quiere hacerlo, y no por ajustarse a un modelo marcado desde
fuera.
Por poco que veamos la tele en casa, los informativos
nos dan cuenta de desastres naturales, guerras, atentados… Es importante
hablar en casa de lo que sucede en el mundo, pero sin mortificar al niño
«ni echarle en cara, implícitamente, que es un privilegiado con respecto a esos
otros niños que ve en la televisión», advierte la psicóloga Isabel García
Mellado. Es mejor comentar con ellos esos aspectos y, en lugar de
adoctrinarlos, promover sus propias reflexiones.
Cualquier acción que el niño quiera emprender será más
positiva si parte de la propia convicción y no solo de la imitación de nuestro
discurso.
Las organizaciones de voluntariado no suelen aceptar
menores de 12 años, aunque hay excepciones. Si los padres formáis parte de una
ONG que hace actividades de voluntariado y os lleváis a
vuestros hijos a estas actividades, estaréis compartiendo un tiempo precioso
con los niños y transmitiéndoles vuestros valores a través del
ejemplo.
A menudo enseñamos –sin desearlo– que la solidaridad
pasa por colaborar con una causa justa pero lejana, «casi como si quisiéramos
acercar al niño a una problemática real, pero al mismo tiempo decirle que todo
eso queda muy lejos de él», explica la psicóloga.
¿Aún no formas parte de ninguna ONG? Puedes buscar
la que más se adapte a vuestros intereses en la web de la Coordinadora ONG
para el Desarrollo España ( www.congde.org) o en la Guía de Ongs ( www.guiaongs.org).
Algunas ONG tienen programas específicos para niños.
- YMCA, por ejemplo, desarrolla programas para niños de 9 a 15 años. Su objetivo es el entendimiento entre los pueblos y contribuir a crear una sociedad basada en la justicia y la paz. Está presente en más de 125 países. Más información: www.ymca.org
- La ONG “El desierto de los niños” organiza viajes a Marruecos en los que niños españoles forman parte de un convoy que lleva material escolar, tizas, balones etc. a niños de ese país y conviven con ellos. Más información: www.raidaventura4x4.com
¿Cuántos juguetes tenéis en casa que ya no utilizan
los niños? En lugar de tirarlos a la basura podéis donarlos. Es importante
implicar al niño en la donación
de juguetes:
seleccionad juntos los juegos que vais a dar a otros niños y preparadlos entre toda la familia. Probablemente
habrá que limpiarlos, hacerles algún arreglillo, empaquetarlos y llevarlos a
algún lugar. Si le animamos a colaborar con una campaña
solidaria,
es importante fijar el concepto de que no da lo que no le sirve, sino lo que
puede dar. «No se trata solo de vaciar el cajón de juguetes que ya no usa para
hacerlos llegar a niños que no los tienen, sino de asimilar que está
compartiendo, y disfrutar de ello», advierte la psicóloga Isabel García
Mellado.
Hay muchas asociaciones y ONG que recogen juguetes,
normalmente antes de Navidad.
- La Fundación Crecer Jugando, que defiende el derecho de los niños a jugar, organiza cada año la campaña “ Un juguete, una ilusión”.
- La cadena de jugueterías Imaginarium tiene la campaña " Niños solidarios". La idea es hacer llegar, dentro de cajas de zapatos, regalos hechos por los niños, con sus familias y en el cole, a niños necesitados de entre 0 y 10 años de todo el mundo que viven en situaciones difíciles, orfanatos, hospitales, hogares de acogida y zonas en conflicto.
- UNICEF tiene el Regalo Azul para bodas, comuniones y bautizos: en lugar de regalar un detallito a los invitados, haces una aportación de suministros (vacunas, comida, material didáctico) a UNICEF. Los invitados reciben una tarjeta o una e-card que se lo cuenta.
Si decidís apadrinar
a un niño,
implicad a vuestro hijo desde el primer momento en el proceso.Explícale a tu
hijo en qué consiste apadrinar un niño y por qué lo hacéis (puedes
enseñarle fotos, buscar información en internet sobre el país con él o
inventarte una pequeña historia sobre las necesidades que existen en el país de
origen de ese niño y para qué sirve la ayuda que enviáis). Si el niño
apadrinado os escribe, pon su foto en un lugar destacado de la casa y anima a
tu hijo a escribirle también o hacerle un dibujo. Si tu hijo quiere aportar una
parte de su paga, mejor que mejor.
miércoles, 14 de noviembre de 2012
¿Qué son los valores?
Llamamos valores a todo aquello
que enriquece a la persona y contribuye a su perfeccionamiento.
Los valores
son modelos de realización personal que orientan nuestras decisiones y
comportamientos; son guías de conducta, nos ayudan a encontrar sentido a lo
que hacemos, a tomar decisiones y resolver problemas.
El valor es
la convicción que tiene cada ser humano de que algo es bueno o malo, de que
algo conviene o no.
Sirven como
referencia y punto de partida. Muchas de nuestras decisiones inmediatas o los
planes a largo plazo, están influidos por el sistema de valores que cada uno
tiene. Todo lo que una persona considera importante está relacionado con sus
valores individuales, y en la medida en que uno respete y realice los valores
en los que cree, mejorará la satisfacción personal.
Educar en
valores a los hijos es una de las tareas más importante que deben llevar a
cabo los padres y educadores. Son ellos los que deben de propiciar el
descubrimiento de valores importantes y contribuir a que poco a poco los
hijos vayan creando una escala de valores que oriente sus conductas de forma
coherente; ya que estos van a tener mucha importancia en el ajuste personal,
social, familiar y profesional de la persona.
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- Los padres
deben enseñar a los hijos a tener criterios con los que vivir, enseñarles a
razonar, a tener juicio crítico, a discernir lo que les conviene o no.
- La tolerancia es un valor universal, es el fundamento de toda educación
y es pieza clave para educar en la pluralidad. Es una forma de enseñar a los
hijos a ser solidario con la realidad propia de los demás.
- Hay otros valores como la sinceridad, la lealtad, la bondad, la
generosidad, el respeto, el optimismo, etc. que son realmente importantes, y
que se deben transmitir a los hijos desde que estos son pequeños.
- Otro valor es la responsabilidad. Es muy importante que los hijos
aprendan a prever las consecuencias de tomar una determinada decisión, y a
ser responsables con las decisiones tomadas.
- Enseñarles a saber renunciar a lo que no les conviene, aunque
aparentemente sea algo muy apetecible e interesante para ellos.
- Fomentar en los hijos el autocontrol y desarrollar la capacidad de
autodominio. Esto les va a ayudar a controlar un impulso, resistir el dolor,
terminar las tareas empezadas, aceptar alguna contrariedad, etc.
- Enseñarles a poner en práctica proyectos personales y educar en el
esfuerzo. De esta forma irán adquiriendo el entrenamiento que van a necesitar
para conseguir las metas que se propongan, aprenderán que esforzarse es lo
más natural, y que gran parte de las cosas valiosas de la vida requieren
esfuerzo y responsabilidad.
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- No se
puede transmitir algo que no se tiene. Por consiguiente, es muy importante
que los padres se refuercen en valores para poder educar a sus hijos en esos
objetivos y que transmitan aquello que ellos intentan vivir. Sabemos que una
forma de aprender es por imitación de modelos, por ello es muy importante que
los padres sean los modelos principales para los niños.
- No imponer los valores a la fuerza. Los padres pueden orientar o
sugerir, pero no obligar a adoptar los valores que ellos no quieren.
Este modo de proceder de los padres requiere de mucha paciencia y
constancia. Por ello es aconsejable que los padres empiecen a darles
responsabilidades a los hijos desde que estos son muy pequeños.
Aunque en un principio estas responsabilidades sean insignificantes, se
les está haciendo un gran bien a los pequeños. De esta forma, los niños se
van dando cuenta de sus pequeños progresos, y van aprendiendo que con
esfuerzo se pueden obtener muchos avances.
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Dª. Trinidad Aparicio Pérez
Psicóloga clínica. Psicóloga escolar
Universidad
de Granada
domingo, 11 de noviembre de 2012
Historia real escrita por mi hija
EL GRIFO
DE MASUT
ELENA JORDÁN
" El verano pasado conocí a un niño muy especial que se llama
Masut.
Vino a casa de mis tíos a pasar unos días de vacaciones. Al principio
no lo entendía porque hablaba en otro idioma, pero enseguida comenzamos a jugar
y nos hicimos muy buenos amigos.
Masut es de un pueblo del Sahara. Yo no sabía dónde estaba y con ayuda
de un mapa mis tíos señalaron el lugar: ¡Qué lejos está!.
Masut me contaba muchas cosas de allí. Un día me habló de su familia y
me nombró a su madre entusiasmado pero triste a la vez. Yo le dije: “ No te
preocupes. Cuando te vayas de aquí le llevarás un regalo. Dime qué quieres y lo
prepararé” . “ Un grifo – me dijo”. Yo me quedé muy sorprendida: “¿ Un grifo?”
. Se lo dije a mi tía y ella me contó que en el pueblo de mi amigo no había
agua, ni mucho menos grifos. Entonces lo entendí todo.
Por Santo Tomé pasa el río Guadalquivir. Una tarde llevé de excursión a
Masut al río. En cuanto lo vió empezó a reír y a saltar. “¡ Agua, agua, …¡”
decía sin parar.
Tan contento se puso que decidimos ir al río siempre que quisiera.
Sentados en la orilla me hacía muchas preguntas y disfrutábamos juntos viendo
los peces que brillaban cuando les daba el sol, tirando piedras al agua...
El tiempo se pasó muy rápido y Masut tuvo que marcharse, pero antes le
preparamos una gran fiesta y delante de todos le volvimos a preguntar qué
quería llevarse de regalo a su país:
“ Un grifo por donde salga el río Guadalquivir” .
Todos se echaron a reir, pero yo lo comprendí. Me dio pena no poder
hacerle ese regalo.
Cuando venga el próximo verano bajaremos juntos a jugar junto a nuestro
río. Lo espero con mucha ilusión"
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